Jesús María Silveyra

martes, marzo 17, 2020

DESPUÉS DE LA TORMENTA

Después de la tormenta,
llega la calma,
ese aire puro y fresco
entrando por la ventana.
Las montañas quedaron nevadas,
el frío ha pintado el cielo
de un celeste prístino,
como dos grandes ojos de agua.
Y el lago, de oscuro profundo
ha pasado a un turquesa de orilla
y ya no está tan picado.

Respirar.
¿Qué será del mañana?
Vivamos el hoy,
con renovada esperanza,
el sol se hace presente
y calienta hasta el alma,
mientras los perros ladran
en la distancia.

Te recuerdo en esa flor, amarilla.
Ha salido ayer misteriosa,
como signo
de tu presencia eterna,
enredada en el paso del tiempo,
sonriente y dichosa,
bajando tus finas manos
hasta tocar la punta de los dedos
y elevarme.

Jesusmariasilveyra@2020.


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