En esta página escribo artículos o comentarios relacionados con los libros que tengo editados.
viernes, diciembre 16, 2011
LAS GRULLAS
domingo, diciembre 11, 2011
ESA VOZ
Me atrae esa voz,
que clama en el desierto
y retumba
en el calor del aire
reseco por el viento.
La que se reviste de fuego,
bajo las noches heladas
iluminadas por el cero.
La que trae con el alba,
gotas de fresco rocío
alineadas como perlas.
La que alimenta
los pequeños corazones,
quebrados por la indiferencia.
Esa es tu voz, la mía y la de Juan
que despierta con la boca
rebosando de palabras,
para denunciar la realidad
sin perder la esperanza.
(Poema escrito al amanecer,
después de levantarme,
con los primeros versos
traídos del sueño)
domingo, mayo 01, 2011
APÓSTOL DE LA MISERICORDIA

Hace nueve años, tuve la suerte de viajar a Polonia en coincidencia con la última visita que el difunto Santo Padre realizó a su país. Quería escribir un libro sobre esta devoción y los escritos de sor María Faustina Kowalska y, paralelamente, aproveché para asistir a las misas multitudinarias que celebró en Cracovia y sus alrededores, donde todas las homilías estuvieron centradas en el gran misterio de la misericordia de Dios. El Santo Padre no sólo había dedicado la segunda encíclica de su pontificado a este tema ( Divies in Misericordia ), en la que meditaba sobre la parábola del hijo pródigo, sino que él mismo había bregado por la causa de la beatificación y posterior canonización de sor Faustina (la llamada "vidente del Jesús Misericordioso"). Por esa razón, durante aquellos días en los que seguí con fervor y asombro la despedida que realizaba a su tierra (el pueblo le dispensó una muestra de amor inconmensurable, a tal punto que para la segunda misa se congregaron tres millones de personas), me pregunté el porqué de tal devoción en el Papa.
Una primera respuesta estaba ligada a su propia juventud, cuando comenzó a hablarse en Polonia de Faustina y sus escritos (la santa murió en 1938), en los que, si bien se destacaban palabras proféticas sobre el futuro de dolor que le aguardaba a la nación, una frase surgía como baluarte de esperanza para afrontar lo que se avecinaba: "Jesús, en vos confío". Creo que, en este sentido, la vida de Juan Pablo II estuvo apoyada sobre una confianza total en Jesucristo, además de la que profesó públicamente en María con aquel Totus Tuus .
Un segundo aspecto estaba vinculado con la proximidad física que tuvo con Santa Faustina, ya que el convento donde ella murió quedaba en el camino que Karol Wojtyla recorría diariamente, durante la ocupación alemana, para ir a trabajar a la planta de Solvay, por lo que transitarlo era encontrarse diariamente con el recuerdo de aquel mensaje recibido por la santa: "Proclama que la misericordia es el mayor atributo de Dios".
Al cabo de unos días, descubrí que, en realidad, dicha devoción estaba enraizada en el centro mismo de nuestra fe cristiana y que su Santidad quería recordarnos constantemente que Dios es fundamentalmente amor; que por amor a todos nosotros entregó a su propio Hijo en la cruz; que, como mencionaba Faustina en su diario, la misericordia estaba por encima de todo, incluso de la Justicia, y que Cristo, con su pasión y muerte, había detenido la vara de la Justicia para darle paso a la misericordia que se expresaba claramente en el perdón.
"Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen": Jesucristo era la misericordia de Dios encarnada, el amor hecho don y regalo para el hombre, el amor donado al entregar la vida por los otros. De allí que se le apareciera a la santa con aquellos dos rayos luminosos brotando de su corazón, diciéndole: "En la cruz, la fuente de mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna". Curiosamente, aquellos rayos de color rojo y blanco no sólo representaban la sangre y el agua salidas del costado herido por la lanza sino que, a la vez, correspondían a los de la bandera de Polonia.
"Dios es misericordioso y nosotros debemos actuar de igual manera con nuestros semejantes", nos repetía Juan Pablo II aquella vez, y su vocero, Joaquín Navarro Valls, recalcaba que ése era el sentido pastoral del viaje más allá de las connotaciones emotivas. Al escuchar al Papa, recordé que él mismo, luego del atentado que sufriera el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro, se acercó a la cárcel romana donde se encontraba el turco Mehmet Alí Agca (quien le disparó a pocos metros de distancia) para perdonarlo. Ese acto, que llenó de asombro al mundo entero, estaba totalmente ligado a la importancia que Juan Pablo II le daba a la misericordia y a la necesidad de abrazar la miseria del otro mediante el perdón. Fue ese recuerdo el que me dio la respuesta final para entender el camino de imitación de Cristo que nos proponía Juan Pablo II, más que con palabras con el propio obrar.
Teniendo en cuenta la necesidad de reconciliación, diálogo y perdón que existen en tantos lugares del mundo y en la Argentina en particular, sería bueno meditar en estos días sobre el testimonio de este apóstol de la misericordia, que perdonó aun a quien intentó asesinarlo.
Termino con este pensamiento expresado por Juan Pablo II en aquella oportunidad en Polonia: "Ha llegado la hora de llevar el mensaje de Cristo a todos; a los dirigentes y a los oprimidos, a todos aquellos cuya humanidad parece perdida en el misterio de la iniquidad. El mensaje de la Divina misericordia es capaz de llenar los corazones de esperanza y pasar a convertirse en el fundamento de la nueva civilización: la civilización del amor".
Es de esperar que en los próximos años el Vaticano cumpla con aquel deseo de la multitud que se juntó en la Plaza de San Pedro el día de su funeral y lo proclame: "¡Santo ya!".
miércoles, marzo 30, 2011
viernes, marzo 18, 2011
EL CASO DE ASIA BIBI
Un caso emblemático de la persecución a los cristianos
Buenos Aires, 18 Mar. 2011 (AICA)
Pese al extraño silencio de las agencias internacionales de información, es innegable la existencia en el mundo de millones de personas perseguidas por su credo religioso, particularmente en los países musulmanes y otros de Oriente. Uno de esos países es Pakistán, donde puede decirse que el caso Asia Bibi, seguido de dos asesinatos de funcionarios gubernamentales, puede erigirse en paradigma de esta abierta persecución, en la que los cristianos llevan la peor parte.
jueves, marzo 17, 2011
OREMOS POR JAPÓN

jueves, marzo 03, 2011
EL CONTAGIO DE LA LIBERTAD
Todo lo que viene sucediendo en Túnez, Egipto, Libia y otros países árabes (Yemen, Bahréin, Argelia, Marruecos, etc…), nos llena de esperanza en la medida en que vemos cómo grupos heterogéneos de ciudadanos quieren ponerle fin a dictaduras o tiranías que llevan años en el poder. Estos movimientos “liberadores” están basados en la justicia de ciertas verdades aceptadas por quienes en el mundo nos consideramos democráticos y republicanos, tales como: transitar libremente por un país, publicar las ideas sin censura previa, tener derecho a la propiedad privada, ejercer toda industria lícita, poder elegir a quienes nos gobiernan, profesar libremente nuestro culto, etc… Por supuesto, existe un cierto temor en los países desarrollados de Occidente, acerca del resultado final de estos acontecimientos, dado que muchos de estos países árabes son productores y abastecedores de petróleo y existe la posibilidad de que grupos “integristas” islámicos puedan acceder al poder.
Esta última postura estaría en la línea del mejor “malo conocido que bueno por conocer”. De allí que al principio hubo muestras exageradas de silencio ante, por ejemplo, los sucesos que desencadenaron la caída de Mubarak en Egipto, o los hechos fatales que se iban produciendo en Libia, donde los medios hablan de centenares de muertos. Pareciera que nadie se quisiera meter del todo en el asunto por temor a equivocarse y que finalmente resulte para Occidente un “tiro por la culata”. Sin embargo, frente a estas dudas racionales debe oponerse el optimismo y la esperanza que despierta el contagio de la libertad que desean los pueblos, libertad que difícilmente vaya a ser negociada por otro tipo de tiranías, como podrían ser las que plantea el “integrismo” o “fundamentalismo” islámico. Ese contagio optimista de la libertad debe hacernos pensar en la posibilidad de que se formen verdaderas repúblicas árabes más al estilo de la democracia turca que de la teocracia iraní. El hecho de que el dictador Khadafi asuste a Occidente diciendo que todo esto es obra de Ben Laden, esta muy cerca de una visión maniquea que se quiere asociar con todo el Islam y el dictador libio hace usufructo de ella aunque se dice a sí mismo sufista.
Estos mismos aires de libertad deberían contagiar a los Latinoamericanos, especialmente a los cubanos, para pedir el fin de la dictadura de los hermanos Castro, en forma pacífica pero persistente. Porque no es en vano repetir que en Cuba no existen las libertades fundamentales consagradas en una democracia republicana, tal como hemos podido comprobar quienes conocemos esa hermosa isla caribeña. Asimismo, sería parte de ese sueño de contagio universal de la libertad, pensar que nuestros hermanos venezolanos pudieran hacer otro tanto, exigiéndole a Chávez elecciones transparentes y la devolución de las libertades de expresión y el derecho a la propiedad privada que son conculcadas con mayor frecuencia y virulencia.
¡La verdad nos hará libres!, y bien vale la pena contribuir a contagiar esta esperanza de libertad que flota en este momento en el mundo, para que el futuro nos depare una vida en fraternidad universal, con más justicia, progreso y libertad.